miércoles, 16 de noviembre de 2016

Ocúpate

No te preocupes. Ocúpate. Piénsalo por un momento: “Pre-ocuparte” tendría sentido si lo entendieses como la acción de ocuparte por anticipado. De adelantarte a los hechos si estuvieses previendo que algo no iba a funcionar como esperabas. Entonces, pre-ocuparte serviría para corregir aquello que pudiste preveer. Pero no es el caso. Preocuparte no es en tu mente sinónimo de pre-ocuparte. Tu “preocuparte” no es más que una pérdida de tiempo y energía. Te enrieda y te paraliza, te angustia y profundiza la preocupación, impidiendo que te ocupes de erradicar aquello que causa este estado de incertidumbre e insatisfacción. Apenas te des cuenta de que algo te está preocupando, córrete de ese lugar inmediatamente y analiza qué cosas podrías hacer, proactivamente, para resolverlo o, al menos, encaminarlo. Siempre hay algo que puedes hacer, por mínimo que sea. Si nada parece factible cambia el enfoque, córrete y míralo desde otra perspectiva. Piensa diferente. Olvídate de todas las acciones que consideraste hasta allí y sal de tu zona de confort. Algo, siempre, puedes hacer. Sólo falta que descubras qué, y que te atrevas a intentarlo.

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