jueves, 25 de diciembre de 2014

Felicidad

Recordar. Recordar y ser feliz. Para eso estás aquí. Todo lo demás son, deberían ser, medios para alcanzar aquellos fines. Recordar. Y ser feliz. De eso se trata. Recordar quien realmente eres. Reemplazar esa convicción de que eres ese que te devuelve el espejo, por la certeza de que este cuerpo no es más que un préstamo que, llegado el momento, tendrás que devolver. Recordar, sentir, vivenciar, intuir, percibir quien realmente eres. Sin pensarlo, sin razonamiento, sin pretender “entender” desde la lógica y aparente realidad que tus cinco sentidos te quieren hacer creer como real. Escuchar, con los ojos del corazón; ver, con los oídos del alma. Y así, en ese segundo de genuina lucidez dejar de tratar para, simplemente, ser. Si nada de lo que haces día a día te brinda felicidad verdadera, si nada de lo que haces está guiado por la pasión, detente. Ya. No sigas por inercia y en piloto automático. Aquello que enciende tu corazón, que hace aletear a tu alma, eso es lo que te despertará, lo que te conectará con tu verdadero Ser. Dale lugar en tu vida. Te lo estás pidiendo. Escúchate, y hazte caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario