jueves, 12 de julio de 2012

Una cosa es quién eres. Y otra muy distinta, quién crees que eres. No te dejes engañar por el personaje, por el rol que has elegido, o que han elegido por ti. No "eres" médico ni ama de casa, empleado ni gerente... NADA, no ERES nada de todo eso. Tampoco eres alegre, serio, amargado, responsable ni inseguro. Ese que realmente ERES está contigo (con el que crees que eres) todo el tiempo, en las buenas y en las (que tú llamas) malas (porque no hay "malas"). Parece complicado, pero apenas lo pienses un poquito y lo sientas "un muchito", verás que es mucho más simple de lo que aparenta. Recuerda quién realmente eres, y ese que creías ser... ¡la pasará tanto mejor!

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