jueves, 5 de julio de 2012

Acéptalo, tienes debilidades. Reconócelo, hay cosas con las que no te sientes cómodo. Meter la cabeza en un agujero es de avestruces. Echar la tierra debajo de la alfombra de nada sirve. ¡Eso no es para ti! Acepta y reconoce las cosas que no te gustan de ti, esas que querrías cambiar. No te hagas el desentendido, míralas bien de frente pero no para deprimirte ni para amargarte; sino porque esa es la única manera de empezar a cambiarlas. Convéncete:¡Puedes cambiarlas! Y ahora que las tienes allí, decide qué vas a hacer al respecto. Luego, ¡hazlo! En apenas unos días, estando decidido a lograrlo, empezarás a notar que estás mejorando. Aprovecha el impulso y no te detengas. Avísame cuando eso suceda, que celebramos juntos!!

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